A mediados de Agosto de 2017 Isabel, Lola y yo, partimos rumbo a Tegucigalpa, Honduras, a realizar actividades de voluntariado con los chicos de ACOES en las zonas llamadas "calientes" de dicho país, lugar donde se desarrollan todos los proyectos. No teníamos mucha información al respecto ni experiencia previa, solamente la voluntad de poder dejar algo positivo a esos chicos. Nos encontramos con un proyecto hermoso que atiende a 9000 chicos, con escuelas y albergues en casi todo el país trabajando bajo la consigna ayuda y serás ayudado. Son todos colaboradores, padres, vecinos, hermanos e hijos. Unos ayudando a los otros van saliendo adelante con la mayor dignidad jamás vista. Nos invadió el amor, nos sedujo el cariño y vivimos la experiencia más intensa jamás imaginada.
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